Con disciplina, pero respeto y afecto, se le ofrece una formación a su niño, llevándolo de la mano por un proceso individual de maduración musical.
El respaldo de la maestra a sus alumnos es pleno, apoyándolos en cada paso del proceso, haciéndolos sentir seguros, ofreciendo el trato que merecen, siempre buscando el bienestar y desarrollo del niño.